Zona de confort

Que seguro se vive en la zona de confort. La gran mayoría se pasa la vida sin plantearse siquiera una vida diferente, porque eso supondría adentrarse en terreno desconocido. Un terreno incierto, de aprendizaje y error, de ilusión y decepción, de subidas y bajadas, de caminos cerrados y caminos por descubrir.

Que inseguridad más sugerente, la que nos invita a abandonar aquello que no nos gusta, aquello que nos quita energía y nos reduce a la seguridad de la infelicidad.

Intentar cruzar esa frontera provoca miedo y indecisión, pero cuando consigues penetrar en esa zona donde tu eres el protagonista y responsable de tu propia vida, todo cambia. La vida se ilumina por los focos de aquello que, latente y a oscuras, esperaba materializarse desde hacía mucho tiempo.

Es entonces cuando entendemos el significado de evolucionar, la necesidad de ser y experimentar. Es cuando la vida se muestra en armonía con nosotros, nos reinventa y nos sube a lo más alto,  haciéndonos sentir felices con el simple soñar y caminar.

Llegados a este punto ya no hay marcha atrás, todo cambia de sentido porque nos lleva a la zona de no experiencia, una zona mágica donde todo puede ocurrir, una zona de grandes retos y cosas maravillosas.

Te animas a cruzar la frontera que separa tu zona de confort?



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